Desde el año 2006 se viene celebrando el Día Mundial del Riñón, una efeméride instaurada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF), a las que se suman otro conjunto de organizaciones de la salud y especialistas en el área de diálisis y otros tratamientos para los riñones.
Se celebra el segundo jueves de marzo, siendo variable cada año. En 2021, el lema del Día Mundial del Riñón es: «Viviendo bien con la enfermedad renal».
Aunque no lo parezca, el 10% de la población mundial sufre de alguna enfermedad renal crónica, pero no suelen darse cuenta hasta que el problema ya se encuentra bastante avanzado y los únicos caminos que les quedan por transitar es la diálisis o un trasplante de riñón.
El Día Mundial del Riñón, fue creado para generar conciencia entre todos los habitantes del mundo para que puedan detectar cualquier padecimiento en los riñones de forma precoz y cuando aún hay tiempo para solventar la situación o para retrasar lo inevitable.
La insuficiencia renal ya es una patología grave en sí misma, no necesita de otros síntomas para ser tomada en cuenta y tratada con esmero.
Realmente, los riñones son el gran filtro del cuerpo que ayuda a desechar todas las toxinas que producimos o ingerimos, por medio de la orina. Si este filtro no funciona o se obstruye, nos intoxicaremos a niveles que pueden llegar a ser letales.
Ahora bien, tener unos riñones enfermos también aumenta las posibilidades de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebro vasculares, dado que nuestra sangre permanecerá sucia, bien sea por exceso de colesterol, es decir grasa, o cualquier otro tipo de sedimentos que no fueron drenados por medio de la orina.
La buena noticia, es que detectar cualquier malfuncionamiento en los riñones es muy sencillo, porque solo basta un simple análisis de sangre y orina. Si los riñones están trabajando como deben, los niveles arrojados por los análisis estarán en sus patrones normales, pero si cualquiera se encuentra fuera de rango, es motivo para realizar un estudio más a fondo.
Ojo, no siempre unos valores extraños significan que hay problemas en los riñones. Se pueden deber a una simple infección de orina, problemas a nivel de la vesícula o incluso problemas de circulación sanguínea. Pero, cualquiera que sea el detonante, es mejor haberlo detectado a tiempo.